Liderazgo basado en Valores Jesuítas
Chris Lowney:
"Bergoglio tuvo una formación que es esencial en cualquier líder"
Ex seminarista jesuita y alto ejecutivo de JP Morgan, es una estrella
del management desde que su manual de conducción basado en la orden de San
Ignacio de Loyola se convirtió en best seller
Por Juana Libedinsky
| LA NACION
"Debería impartirse coraje moral en la
universidad".
Si hay un país donde el gurú
-sea éste de los negocios, el
lifestyle o las dietas
milagrosas- tiene una larga tradición, es Estados Unidos. Y, naturalmente, los
manuales en los que explican sus técnicas para el público general suelen
convertirse en best sellers , eventualmente internacionales. Ahora, según
los entendidos, la gran estrella que se viene es Chris Lowney. Este ex
seminarista jesuita, que luego devino por 17 años exitoso ejecutivo de JP
Morgan, escribió El
liderazgo al estilo de los jesuitas
(Norma) y, tras la elección del papa Francisco
-proveniente de esa orden-, todos los focos están poniéndose sobre él. Justo
antes de salir rumbo a Washington en su "tercera vida", como
conferencista y escritor de temas de
management , compartió con la
nacion algunas de las ideas que fue desarrollando en su doble vida de hombre de
fe y conocedor del mundo de los negocios.
¿De qué modo la forma de liderazgo jesuita
afectó al papa Francisco?
La formación jesuita pone énfasis en la autorreflexión. Durante su
entrenamiento con los jesuitas, Joge Bergoglio pasó un mes entero lejos del
trabajo, los diarios, la televisión, analizando en profundidad su vida y sus
objetivos, sus debilidades, fortalezas y valores. El resto de su vida
debió seguir esa misma disciplina de reflexión diaria. Cuando empujaron a este
pobre hombre al balcón frente a 200.000 personas por primera vez, no hubiera
sido un buen momento para preguntarse: «Mmm, ¿quién soy y qué debo hacer?» Así
que, aunque nunca se haya imaginado ser papa, su formación jesuita le dio la
preparación más esencial para cualquier líder: saber quién es uno y los valores
y objetivos en la vida que lo sostienen.
¿Cuáles son las claves del liderazgo
jesuita?
Son cinco, que cualquiera puede aplicar, sea
papa, presidente de una multinacional o madre en el hogar. Autoconocimiento: hay que
conocer las propias debilidades, fortalezas, valores y cosmovisión. Creatividad: el mundo
cambia todo el tiempo y los líderes efectivos saben adaptarse. Heroísmo: hay que
motivarnos con la pasión para ser sobresalientes, y con objetivos que sean
mayores que el propio ego. Amor: debemos tratar a los demás de manera que respete su
dignidad y libere su potencial humano. A menudo asociamos liderazgo con una
posición jerárquica. Pero, mi idea, basada en
los valores jesuitas, es exactamente la
opuesta: todo el mundo está liderando en cada
momento como resultado del impacto que tienen las propias acciones cada día, y basarse en este modelo es muy útil para hacerlo bien a
cualquier escala.
¿Cree que es una forma de
liderazgo que se volverá más popular ahora y no solamente dentro de la Iglesia?
Creo que un gran liderazgo es un
gran liderazgo y punto. Sea en una iglesia, una empresa o una familia, los
líderes deben cumplir con las mismas tareas básicas: poner objetivos y
cumplirlos, motivarse a sí mismos y a los demás, etcétera. Ciertamente para los
jesuitas su estilo de liderazgo está íntimamente asociado con las creencias
religiosas. Pero yo escribí mi libro de tal manera que fuera accesible a
personas en cualquier etapa de su vida, cualesquiera fueran sus creencias.
¿Por qué cree que se vendió
tan bien su libro, aun antes de la elección del papa Francisco?
Supongo que parte de la razón es
que en Estados Unidos a menudo estamos disgustados con los ejemplos de
liderazgo que vemos en el mundo corporativo y político. El objetivo de aquellos
que se llaman a sí mismos líderes parecería no ser más que acumular poder,
dinero y estatus. Lucen sólo interesados en sí mismos y no en mejorar la
situación de sus ciudadanos, empleados, clientes, accionistas. Creo que, hasta
cierto punto, el libro fue exitoso porque analiza y propone un modelo de liderazgo
con más principios. El modo jesuita puede aportarlos a los negocios.
¿Cómo reaccionaban sus
colegas en la banca que salían de cursar MBA cuando usted les decía que acababa
de salir, en cambio, del seminario?
En general, la gente que está en
banca de inversión siempre fue bastante práctica: si hacés tu trabajo bien, les
da lo mismo que hayas vivido en la Luna. Para ser honesto, sin embargo, hay un
aspecto que sí ha cambiado en los últimos años, y no creo que para mejor. En el
mundo de los negocios, cada vez se valoran más la habilidades técnicas y a las
personas con habilidades que no van más allá de lo estrictamente financiero. A
veces pienso si esto no tendrá que ver con el crac de 2008. En otras palabras,
en Estados Unidos cada vez alabamos más a la tecnología, por ejemplo, los
programas de inteligencia artificial para
tradear [computer assisted
trading programs] y cada vez creemos menos en lo que se puede llamar una sabiduría,
es decir, la idea de que por experiencia o educación en otras ramas (sea
historia, religión, historia y demás) una persona puede desarrollar puntos de
vista amplios respecto a cómo solucionar un problema o evaluar oportunidades.
Un programa de computación no tiene la capacidad de dar un paso atrás y
reflexionar en profundidad sobre la decisión que se va a tomar, de manera que
combine consideraciones financieras, pero también éticas y humanas.
¿Y por qué se dedicó a escribir sobre esto?
Cuando trabajaba en JP Morgan,
leía muchos libros de management , pero siempre sentía que mi formación
jesuita me servía más. Cuando era muy joven creía, como muchos en el mundo
corporativo, que podía manejarlo todo, incluso mi destino. En cambio, aprendí
que uno controla menos de lo que cree, así que una parte importante de la vida
es mantenerse atento y abierto a las otras personas y a las nuevas
oportunidades y desafíos que aparecen en el camino.
¿Cuál le resulta
personalmente la más difícil de aplicar de sus recomendaciones?
Créase o no, la que debería ser
la más simple. El fundador de los jesuitas decía que cada día
debemos tomar unos minutos para dar un paso atrás, analizar lo que estamos
haciendo y evaluar si estamos en el camino correcto. Es muy
sencillo, pero tenemos vidas tan ocupadas que a menudo no logramos hacernos el
tiempo necesario.
¿Cuán importantes son los cursos de ética
en las escuelas de negocios?
Ciertamente es importante estudiar ética, porque les da a las personas
el idioma y las herramientas para tomar decisiones. También fuerza a los
alumnos a articular, por lo menos en clase, sus propios puntos de vista. Hubo
una gran ola de cursos de ética en las escuelas de negocios después de los
escándalos corporativos como Enron. Pero aquí está el dilema: puede haber una
enorme diferencia entre lo que sabés y lo que hacés. Un gran misterio, y no
sólo en los negocios, es qué es lo que determina que haya gente con coraje en
lo moral. En otras palabras, puedo saber qué es lo correcto y no hacerlo.
Ningún curso universitario va a darte el coraje moral necesario. Así que, si
bien es importante para los estudiantes hablar de las ramificaciones éticas de
lo que hacen para ganarse el pan, cualquiera que imagine que un curso es la
panacea para la ética en el trabajo está delirando. Para mí, el gran desafío
sería dar un paso más e impartir, en la universidad, coraje moral: dejarlos
listos para no callarse si ven algo malo, dispuestos a hacer lo correcto,
aunque vean que la mayoría está en contra y ese tipo de cosas.
¿Qué opina del papa Francisco? ¿Conoce la Argentina?
Nos hizo bendecirlo a él antes de
que él nos bendijera a nosotros, y parece determinado a martillar los mensajes
de humildad, simplicidad y compromiso con los más pobres. ¡Qué comienzo más
prometedor! A la Argentina fui durante mi vida en JP Morgan y luego para dar
una conferencia sobre liderazgo. Cualquiera que visite la Argentina no puede
evitar quedar impresionado por el capital humano que tiene, tal cantidad de
gente talentosa y preparada. La Argentina tiene mucho que ofrecer al mundo y a
su propia gente más allá del Papa y de Messi si logra liberar ese increíble
potencial que tienen sus habitantes..